The fallas. The fire festival of the Pyrenees that you can not miss

Falles boí Hostal la Plaça

Fuente: El Brogit

En el Valle de Boí hay una tradición ancestral, que se repite año tras año y que ha ido pasando de generación en generación. Las fallas de Boí es una fiesta dedicada al culto solar y agrario y se celebran en torno al solsticio de verano. Esta fiesta se ha convertido en la gran fiesta tradicional de la Alta Ribagorça. El día 1 de noviembre de 2015 las fallas fueron declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

La primera bajada de fallas es la de Durro, a mediados de junio, coincidiendo con la fiesta de San Quirico. La siguiente es Boí justo la noche de San Juan, luego a principios del mes de julio se corren en Barruera. Seguidamente, bajan en Erill la Vall, municipio donde se encuentra nuestro hostal y las últimas son en Taüll a mediados de julio.

Falles Vall de boí Hostal la Plaça

Fuente: Vall de Boí

15 de junio – Durro

23 de junio – Boí

29 de junio – Barruera

06 de julio – Erill la Vall

19 de julio – Taüll

16 de agosto – Plan de la Ermita (bajada festiva)

La falla es un tronco resinoso o tea encendida (como una antorcha) de unos 2 metros de largo, que se encienden y se llevan encima, a lo largo de las bajadas. Esta falla se elabora con anterioridad a la fiesta, con madera de pino, sujeta a un palo de fresno o de avellano con alambres y puntas creando una especie de antorcha.

Las fallas consisten en una bajada en fila desde lugares altos del territorio, en lugares elevados a la montaña, pero al mismo tiempo, visibles desde los pueblos. Los fallaires, normalmente son los jóvenes solteros, que guiados por un jefe de grupo, comienzan a descender de la montaña para llegar a la plaza del pueblo. Una vez llegan a la plaza, son recibidos con música y una gran fiesta y se hace una hoguera con las fallas en torno a la cual se bailan danzas tradicionales.

Vall de Boí falles Hostal la Plaça

Fuente: Vall de Boí

Previamente a la bajada de las fallas, se preparan los “faros” que son árboles en una zona alejada del pueblo, de montaña, que se encenderá el día de la bajada creando una gran hoguera y desde donde bajarán todos los fallaires. El día de las fallas, los fallaires meriendan en la montaña alrededor del faro, sin encender.

La simbología de esta tradición apela al hecho de arrancar el fuego de la montaña, como símbolo del sol y bajarlo hacía el pueblo con la idea de purificar los campos y los bosques, purificar la población y preservarla de los malos espíritus.

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